Caín es uno de los personajes que más se destacan en el primer libro de la Biblia, el Génesis. En principio se lo considera especialmente porque es uno de los hijos, el primogénito, para ser más precisos, de los primeros humanos creados por Dios, a su imagen y semejanza: Adán y Eva y también porque ha sido el primero en fundar un asentamiento de personas fuera de lo que se conoció como Paraíso, aquel lugar idílico en el que vivieron los padres de Caín y que en cierto momento perdieron porque fueron echados por Dios a raíz del pecado original…
Apenas Dios desterró a Adán y Eva del paraíso, Caín fue concebido.
Pero en realidad todos recordamos y relacionamos a Caín, especialmente con la maldad, porque mató a su hermano menor Abel al sentirse disminuido y ganado por este en el favor de Dios.
Cegado por los celos mató a su hermano
Caín asesinó sin misericordia alguna a su hermano al sentir un tremendo ataque de celos porque los dones que éste le ofreció a Dios fueron mejor considerados. Básicamente porque Dios creyó en la ofrenda sincera de Abel y no así en la de Caín. Caín se había dedicado a la agricultura mientras que su hermano lo hizo a las tareas de pastoreo. En este contexto, ambos, le presentaron a Dios ofrendas de su producción y por la calidad de la entrega Dios prefirió las de Abel.
Ante el hecho consumado de haber matado a sangre fría a su hermano, Caín, fue cuestionado por Dios y por supuesto este le mintió al encontrarse descubierto. Pero Dios sabe todo y entonces le impuso como castigo vagar por la tierra. Y por supuesto también Dios lo echaría de su lado. En ese transcurrir a la deriva por la tierra, Caín, funda la primera población humana a la cual llamará como uno de sus hijos, Enoc.
Esta historia de los hermanos Caín y Abel ha trascendido los límites de la Biblia, obviamente el poder de la misma ha contribuido directamente en ese hecho y por ende es común que en la vida se le diga a alguien Caín cuando demuestra actitudes mezquinas y malignas con respecto a su hermano.