Hay un dicho sumamente popular que sentencia: detrás de un gran hombre, hay una gran mujer y ciertamente hay infinidad de casos que a lo largo de la historia le han dado la razón de ser a esta popular expresión, en tanto, a continuación, nos referiremos justamente a la mujer que hubo detrás del conquistador español del territorio mexicano Hernán Cortés: Malinche, Malintzin, o Doña Marina, como también se la conoció.
Malinche hizo las veces de intérprete, de compañera fiel, y de amante del mencionado Cortés, y tal rol no solo la inmortalizó en la historia y la hizo ser una mujer digna de ser conocida, sino que también le otorgó un importante peso en las decisiones políticas tomadas por Cortés en aquellos tiempos…
Malinalli Tenépatl, nació presumiblemente en el año 1509, en Coatzacoalcos, Veracruz, en el seno de una familia indígena de clase alta que habrían sido señores y caciques de un pueblo denominado Painala.
Durante su infancia, Malicnhe, fue cedida por sus padres a un cacique del estado de Tabasco, tras un enfrentamiento entre los mayas de Potonchán y los aztecas de la zona de Xicalango.
La costumbre de aquella época así lo indicaba y entonces Malinche fue cedida al ganador de la contienda.
Cuando en el año 1519, Cortés, recaló en Mexico, el cacique de Tabasco, tras ser vencido por Cortés y sus fuerzas, le regaló un grupo de mujeres entre las cuales se hallaba justamente Malinche.
Una vez en posesión de las jóvenes, las mismas fueron repartidas entre los hombres de Cortés, Malinche fue asignada a Alonso Hernández Portocarrero, aunque, éste sería asignado a una misión en España y a partir de ese momento, Malinche, se convirtió en la amante e intérprete de Cortés, ya que sabía hablar la lengua Náhuatl y también rápidamente aprendería a hablar el español.
Malinche tuvo un hijo de Cortés, que se llamó Martín, aunque claro, sería un hijo ilegítimo.
Al año siguiente, 1524, Malinche, acompañó a Cortés en la expedición que éste emprendió hacia Honduras en busca del rebelde Cristóbal de Olid, en tanto, ya para este tiempo comenzó a resultarle indiferente a Cortés y entonces, prontamente, éste la unió a uno de sus hombres de confianza, Juan Jaramillo, con quien también Malinche tendría un hijo, María, que nacería un tiempo antes de su muerte, probablemente a causa de una epidemia de viruela, en el año 1527.