Hoy estamos acostumbrados a escuchar sobre las tremendas consecuencias del cambio climático en el planeta, sin embargo, hace dos siglos atrás sin lugar a duda ello era una novedad.
Pero además de ser un hombre que estudió el planeta y se preocupó por su devenir futuro, von Humboldt, lo recorrió, explorando cada continente que lo conforma, y ello le permitió la realización de aportes en diversos campos como ser: la geografía, antropología, etnografía, física, humanismo, astronomía, entre otros.
Si bien de joven estuvo interesado en desarrollar la carrera de militar, su familia lo alejaría de esa idea, y él se daría cuenta que lo que más deseaba era viajar por el mundo y seguir ampliando sus conocimientos sobre diversas áreas de la ciencia.
Estudió leyes para complacer a su familia pero a la par asistía a las clases de ciencias naturales que tanto le gustaban.
Precisamente cuando su madre y padre mueren decide renunciar a su carrera de funcionario público en el Departamento de Minas, viajó a París, y trabó amistad con el botánico Aimé Bonpland que tenía sus mismos intereses.
Ambos fueron compañeros de travesías.
Mantuvo una estrecha amistad con el libertador venezolano Simón Bolívar a quien conoció durante su larga estadía en París.
Esa enorme influencia ejercida en América llevó a que a modo de homenaje se designasen con su nombre muchos accidentes geográficos, especies de flora y fauna, y hasta calles, como por ejemplo en Buenos Aires, Argentina, Humboldt es una calle que atraviesa el barrio de Palermo.
Nació en el Reino de Prusia en 1769, en el seno de una familia perteneciente a la aristocracia, y falleció en 1859, también en Prusia.