Historia/mito de Amón-Ra

Laura Cabrera Guerrero
Historia del Arte
Amón-RaAmón-Ra (en un inicio conocido sólo como Amón) es un antiguo dios de la cultura egipcia, concretamente asociado con la creación. Fue cobrando cada vez mayor importancia y, a partir de la XI Dinastía (en el siglo XXI a.C.), Amón se convirtió en el dios y patrono de la ciudad de Tebas, protector de todos sus habitantes: los tebanos. Y tanto aumentó su fama, ya no sólo en Tebas, sino de manera nacional, que el resto de egipcios lo fusionaron con uno de sus dioses más importantes: Ra (el Sol). A partir de ese momento, a Amón se lo conocería en todo Egipto como Amón-Ra o Amón-Re.

Origen del dios y creciente fama

La primera mención que encontramos del dios Amón es en los textos de las Pirámides, que datan aproximadamente en el 2300 a.C. Se habla de él como el dios guardián de Tebas, uno de los dioses locales junto con su consorte: Amunet, otra deidad primordial en la cultura egipcia.

Pero antes de que Amón quedara definido como la divinidad más importante en esta ciudad, Tebas ya tenía a un dios supremo al que veneraban, y este era Montu, dios de la guerra y un protector superior a nuestro protagonista, de naturaleza feroz y guerrera.

La fascinación incipiente hacia Amón venía dada por ser un integrante más del grupo de dioses conocido como “Ogdóada”, un total de ocho divinidades (Amón y siete más) que representaban aquellos elementos primordiales de la creación según la cultura egipcia, y a Amón le correspondía la más extravagante de todas ellas: lo oculto. Mientras sus compañeros de la Ogdóada estaban asociados a elementos más fácilmente definidos y comprensibles para nosotros, como por ejemplo el océano, o el caos, el infinito… conceptos que quedan muy grandes para un mortal, pero podemos tratar de hacernos una idea aproximada.

Con aquello oculto, sin embargo, no logramos comprender qué representa, se nos escapa por completo. Lo que ocurrió con Amón, debido a su asociación con la parte oculta de la naturaleza, es que podía relacionarse con cualquier otro aspecto que abarcara la existencia, su elemento no tenía límites.

Poco a poco, en la ciudad de Tebas la fama y fe en Amón creció cada vez más, hasta convertirse en una de las tres deidades principales de dicha ciudad, junto con su nueva esposa, Mut (diosa madre y del cielo) y el hijo de ambos: Khonsu (dios de la Luna).

Se decidió vincular a Amón al aspecto contrario a él, a aquel más visible del mundo: el Sol. Y así fue como se convirtió en Amón-Ra, rey de los dioses y el creador del Universo, como un antecesor y equivalente a Zeus, también rey de los dioses, pero en la cultura griega.

Culto del nuevo rey de dioses

El culto a Amón-Ra tuvo una gran repercusión, la cosa llegó a unas alturas en el que la religión egipcia, claramente politeísta, estuvo a punto de convertirse en monoteísta debido a Amón. Hubo un faraón en particular, Akenatón (que gobernó Egipto desde el 1352 hasta el 1335 a.C aproximadamente) que trató de establecer la religión de todos el territorio que gobernaba con culto exclusivo a Amón, el único y verdadero dios según él, prohibiendo rezar a cualquier otra divinidad. Se ha estudiado y debatido mucho el tema, y se cree que tras la insistencia de Akenatón por querer convertir la religión egipcia en monoteísta, probablemente estuviera principalmente influenciado por los sacerdotes de Amón y las riquezas que estos poseían, más incluso que el propio emperador.

Construcciones en su honor

No es ningún misterio la fascinación que a todos nos transmite la arquitectura egipcia, templos monumentales construidos tantos miles de años atrás. Debemos tener en cuenta que estas edificaciones estaban en su mayoría dedicadas a las divinidades a las que los egipcios rendían culto.

El templo de Amón en Karnak, es aún en la actualidad el edificio religioso más grande jamás construido, factor que nos demuestra la relevancia que tuvo Amón. No se ha conservado en su totalidad, pero a día de hoy podemos visitar las ruinas y fantasear sobre cómo debía ser ese magnífico santuario.

Persistencia de culto

Sorprendentemente, las creencias y prácticas religiosas hacia Amón persistieron durante mucho tiempo, llegando a convivir con otras civilizaciones, fue adorado también por los griegos. No fue hasta bien entrado el siglo V d.C., cuando quedó definitivamente olvidado, eclipsado como tantas otras divinidades por la nueva corriente religiosa: el Cristianismo.


Autora

Escrito por Laura Cabrera Guerrero para la Edición #130 de Enciclopedia Asigna, en 11/2023. Laura es estudiante avanzada en la carrera de Historia del Arte en la Universidad de Barcelona. Aficionada a leer y escribir sobre la historia, el arte, la mitología, la música y la literatura.