Fue otra de las actrices fetiches de Roberto Gómez Bolaños que lo acompañó por más de dos décadas en sus producciones más exitosas: El Chavo del 8 y Chespirito.
Durante toda la serie hizo todo lo posible para conquistar a su Roo, como llamaba a Don Ramón, le cocinó, le hizo regalos, y lo ayudó en cuanto pudo, pero el amor nunca fue correspondido, porque él no se vio jamás atraído por ella, como todo el resto de la vecindad la veía como “la bruja del 71”…
Como contracara, en la vida real, y especialmente durante su juventud, fue una auténtica belleza de mujer, que supo despertar la atracción y pasión de muchos hombres.
Con su compañero de elenco Ramón Valdés mantuvo una estrecha amistad, siendo quien se la presentó a Bolaños, y este al quedar encantado con su trabajo la llevó a trabajar con él.
Para la actriz supuso un enorme desafío ya que estaba más acostumbrada a trabajar en el registro dramático.
Paradójicamente fue con este rol cómico que logró la máxima popularidad.
Pero su incursión en el medio artístico se había iniciado muuucho antes de recalar en las series de Bolaños en los años setenta.
Dicha posición era por aquellos años una sentencia de muerte.
Una vez en México comenzó a trabajar en el cine, participó incluso de la llamada época dorada del cine mexicano, y trabajó con actores de la talla del humorista Cantinflas, entre otros.
En 1991 se alejó del trabajo por sus problemas de salud.
En 1994 falleció, a los 71 años, a causa de un cáncer de pulmón, seguramente desarrollado por su larga adicción al cigarrillo.
Autor: Redacción Quien.NET