Durante su larga trayectoria política ha estado comprometido con las cuestiones más sensibles de la sociedad: el desarrollo social, el empleo, el fomento de la paz, la lucha por los derechos humanos, y la asistencia a refugiados, y este currículo, sin lugar a duda, fue determinante a la hora de su nombramiento como Secretario General de Naciones Unidas (ONU) en 2016.
Nació en Lisboa, Portugal, en el año 1949, se graduó como ingeniero con las mejores calificaciones, y tras ello inició una carrera como docente.
A mediados de los años setenta del siglo pasado se unió al Partido Socialista de Portugal y se erigió en un referente de la agrupación, tanto en su país como en el resto del mundo.
Luego de alejarse de la política portuguesa y europea ocupó, entre 2005 y 2015, uno de los cargos ejecutivos más importantes a instancias de la ONU: el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Su inclaudicable trabajo en ACNUR visibilizó aún más su compromiso con la humanidad y la paz en el mundo y así es que el Consejo de Estado de la ONU lo propuso ante la Asamblea General como sucesor de Ban Ki-moon para asumir la Secretaría General de Naciones Unidas.
En las últimas décadas, la ONU, ha cargado sobre sus espaldas con diversos cuestionamientos a causa de la burocracia y de la poca efectividad de sus acciones en algunas áreas, a pesar de los altos presupuestos con los que ha sabido contar, en tanto, Guterres, ha asumido el riesgo de modernizar tradiciones y normativas obsoletas.