Es uno de los símbolos femeninos de la emancipación peruana, lugar que la historia le dio por haber desarrollado uno de los roles más valientes y comprometidos a favor de la causa independista.
Habría nacido en el año 1760, en la localidad de Huamanga, Ayacucho, en el Virreinato del Perú, y disponía de ascendencia criolla e indígena.
Como era tradición en el siglo XVIII se casó siendo muy joven, tenía 15 años, con un comerciante con quien tendría la frondosa de descendencia de siete hijos.
Para 1821 la independencia ya era una realidad, sin embargo, las fuerzas militares españolas seguían presentando una fuerte resistencia que era a su vez repelida por los grupos independentistas.
Como era analfabeta recurrió a un amigo para que escribiese las notas de alerta que le enviaba a su marido.
Pese a ello se mantuvo discreta, no dijo una sola palabra y afrontó estoica su sentencia de muerte, aunque en varias oportunidades le ofrecieron su inmunidad si delataba a sus cómplices.
Fue fusilada en el año 1822.
No se supo que suerte corrieron su marido y sus hijos, solamente trascendió que sus hijas quedaron desprotegidas y que el libertador venezolano Simón Bolívar les asignó una pensión en reconocimiento a la heroica acción de su madre.