Es reconocida, y cuestionada por sus detractores, por ser una de las dirigentes políticas argentinas más versátiles, que a lo largo de su trayectoria ha integrado diversos espacios políticos: el peronismo, la Alianza, la coalición Cambiemos, entre otros, y también en su juventud integró la agrupación guerrillera Montoneros.
Hasta los 15 años cumplió a rajatabla los usos y costumbres de su clase, pero en esta etapa, y arrastrada por un amor, comenzó a militar en la juventud peronista, y luego en Montoneros, incluso, llegó a mantener un vínculo muy estrecho con uno de sus cabecillas, Rodolfo Galimberti, quien además fue su cuñado, pareja de su hermana Julie.
Estuvo detenida algunos meses por su actividad en dicha organización.
La pertenencia a Montoneros le dejó un amor y un hijo: se casó con un compañero, Marcelo Langieri, secretario de Galimberti, con quien tuvo a su primogénito Francisco.
También, en estos años, la tocó la tragedia familiar, su hermana Julie falleció en un accidente automovilístico durante su exilio en París.
El regreso de la democracia en 1983 la tuvo cerca del peronismo de aquellos años.
En 1999, alejada de las huestes peronistas y menemistas se sumó a la coalición entre la UCR y el Frepaso que dio origen a la Alianza.
Al frente de la cartera de trabajo protagonizó una recordada polémica con el líder gremial de Camioneros, Hugo Moyano, a quien acusó de llenarse los bolsillos con la plata de los afiliados, mientras que él le retrucó que ella ponía bombas, por su pasado montonero, y que se movía de la izquierda a la derecha políticamente.
En 2007, con su partido Unión por Todos se acercó a la Coalición Cívica de Elisa Carrió, y luego, la alianza de ésta última con Mauricio Macri, la unió al PRO.
Al frente del Ministerio de Seguridad enfrentó una serie de controversias que la erigieron en una de las ministras más criticadas por la oposición.
Durante los varios meses que el joven estuvo desaparecido, la familia, sectores de la oposición política, y organizaciones de derechos humanos, la acusaron de ser la responsable, junto con Gendarmería Nacional, de la presunta desaparición forzada de Maldonado.
Finalmente, unos dos meses y medio después, en octubre de 2017, apareció el cadáver del joven flotando en las aguas, a pocos metros del lugar en el que se lo había visto por última vez.
Entre otras medidas, como ministra de seguridad, concretó el demorado traspaso policial y llevó adelante una intensa persecución contra el narcotráfico