Selim gobernó el Imperio Otomano durante 8 años, entre 1566 y 1574, año en el que falleció.
En realidad deberíamos decir que fue el Sultán ya que delegó las tareas de gobierno y militares en sus funcionarios, especialmente en el Gran Visir Sokollu Mehmed Pasha, porque no le interesaban las cuestiones de estado.
En este sentido es que solventó la carrera de artistas y mandó a erigir construcciones impresionantes, como por ejemplo La Mezquita de Edirne, que está considerada como una de las obras más representativas de la arquitectura otomana y hasta la UNESCO la designó como Patrimonio de la Humanidad.
Su madre era oriunda de Ucrania y se cree que fue capturada en el Cáucaso, y luego vendida a los turcos, pasando de esta manera a formar parte del harén del Sultán Solimán.
Dueña de una gran astucia, diplomacia, y sentido de la oportunidad, se ganó el favor del Sultán y pasó a ser su favorita, con quien incluso el Sultán consultaba cuestiones de estado, algo inusual hasta ese momento.
Influido por Roxelana que le hizo creer que Mustafa planeaba un complot en su contra, el Sultán, mandó a matar a su heredero.
Estas últimas cuestiones quedaron en manos del Visir Sokullu Mehmed, quien se ocupó de concretar importantes eventos para el imperio como ser: la reconquista de Yemen y la conquista de Chipre.
Estuvo casado legalmente, pero mantendría un enorme harén que le aportó una prolífica descendencia.
A su muerte, presuntamente por una caída, lo sucedió en el cargo uno de sus hijos, Murad III.