Durante varios siglos, el Imperio Otomano fue un estado que aglutinó varias etnias y religiones y que supo dominar gran parte de tres continentes como ser: el norte de África, el Sureste Europeo y Medio Oriente.
Además de como un exitoso conquistador y líder de su ejército, Solimán, pasó a la historia por sus aportes a las letras, la ciencia, la cultura, las artes, y por la reforma del sistema legal de su territorio.
Precisamente en este tema de la pelea sucesoria que se entabló es que se la señaló a la esposa del Sultán como la instigadora del crimen de su hijastro Mustafa, quien había sido elegido sucesor de Solimán.
Sin lugar a duda haber ordenado el asesinato de su sucesor Mustafa fue el punto que ensombreció la grandeza de su gestión y de su perfil político al cual siempre se le habían destacado cualidades como la diplomacia, la estrategia y su tendencia a la paz y justicia.
Antes de suceder en 1520 a su padre Selim I en el trono imperial fue gobernador de ciudades como Estambul y Manisa.
En la actualidad, la figura de este sultán ha cobrado nuevamente repercusión, pero en el ámbito del entretenimiento como consecuencia que su historia ha inspirado una de las miniseries turcas más vistas en el mundo, llamada como no podía ser de otro modo El Sultán.
Pero claro, la novela no se centra en las conquistas territoriales de este valiente estadista, sino que lo hace en sus variados avatares amorosos, especialmente en su gran amor: Roxelana, y como encontró en ella además de una compañera amorosa una aliada y estratega política.
Nació en 1494 y murió en 1566.